Las empresas ofrecen más que solo un salario para asegurar el bienestar futuro de sus empleados.
Redacción GYE
En un mercado laboral cada vez más competitivo, las empresas han comprendido que la retención de talento no depende únicamente de ofrecer un salario atractivo. Hoy, los colaboradores valoran de igual forma e incluso por encima los beneficios que les brinden seguridad, respaldo y estabilidad para ellos y sus familias.
En este sentido, muchas organizaciones están apostando por un portafolio integral de beneficios que incluye desde programas de salud física y mental, planes de formación y capacitación continua, flexibilidad laboral y oportunidades de desarrollo profesional, hasta coberturas más robustas como los seguros corporativos. Este enfoque no solo contribuye al bienestar del colaborador, sino que también fortalece su compromiso con la empresa.
Dentro de este conjunto de acciones, el seguro de vida corporativo ha dejado de ser un beneficio opcional para convertirse en una herramienta estratégica de bienestar laboral y fidelización. “Las organizaciones que cuidan de su gente no solo están protegiendo su presente, también están invirtiendo en su futuro. Un seguro de vida corporativo envía un mensaje claro: la empresa valora a sus colaboradores como personas, más allá del rol que desempeñan”, explica Pablo Espinosa, Subgerente Técnico de Seguros de Personas de Generali Ecuador.
El seguro de vida corporativo ofrece una cobertura económica a las familias de los colaboradores en caso de fallecimiento, invalidez o enfermedad grave, garantizando estabilidad financiera en momentos de dificultad. Sin embargo, su impacto no se limita al aspecto económico: es también un símbolo de compromiso y responsabilidad social interna por parte de la empresa hacia su equipo.
En Ecuador, cada vez más compañías están incorporando este tipo de pólizas dentro de su paquete de beneficios, conscientes de que el talento humano busca entornos laborales que les ofrezcan seguridad integral. Según datos de Corporate Wellness Magazine, los empleados con bienestar alto tienen un 23 % más de productividad, 27 % menos ausentismo y un 43 % más de compromiso laboral. En palabras más claras: cuando los colaboradores están satisfechos con su lugar de trabajo, son más productivos y permanecen más tiempo en la empresa.
De esta forma, el seguro de vida corporativo se convierte en un elemento diferenciador frente a competidores que aún no lo han implementado, pero también es parte de una estrategia más amplia que considera el bienestar como una inversión a largo plazo. Las empresas que complementan esta cobertura con programas de prevención de salud, coaching, planes de retiro, beneficios familiares o apoyo educativo logran construir una propuesta de valor sólida y difícil de replicar.
Además, ofrecer beneficios que protejan y desarrollen al colaborador ayuda a las organizaciones a proyectar una imagen positiva ante clientes, inversionistas y futuros talentos. Las empresas que cuidan de su gente fortalecen su reputación, fomentan una cultura organizacional basada en la confianza y aseguran que, más allá de un sueldo, sus colaboradores sientan que están construyendo juntos un futuro seguro y próspero.
Dentro de este conjunto de acciones, el seguro de vida corporativo ha dejado de ser un beneficio opcional para convertirse en una herramienta estratégica de bienestar laboral y fidelización. “Las organizaciones que cuidan de su gente no solo están protegiendo su presente, también están invirtiendo en su futuro. Un seguro de vida corporativo envía un mensaje claro: la empresa valora a sus colaboradores como personas, más allá del rol que desempeñan”, explica Pablo Espinosa, Subgerente Técnico de Seguros de Personas de Generali Ecuador.
El seguro de vida corporativo ofrece una cobertura económica a las familias de los colaboradores en caso de fallecimiento, invalidez o enfermedad grave, garantizando estabilidad financiera en momentos de dificultad. Sin embargo, su impacto no se limita al aspecto económico: es también un símbolo de compromiso y responsabilidad social interna por parte de la empresa hacia su equipo.
En Ecuador, cada vez más compañías están incorporando este tipo de pólizas dentro de su paquete de beneficios, conscientes de que el talento humano busca entornos laborales que les ofrezcan seguridad integral. Según datos de Corporate Wellness Magazine, los empleados con bienestar alto tienen un 23 % más de productividad, 27 % menos ausentismo y un 43 % más de compromiso laboral. En palabras más claras: cuando los colaboradores están satisfechos con su lugar de trabajo, son más productivos y permanecen más tiempo en la empresa.
De esta forma, el seguro de vida corporativo se convierte en un elemento diferenciador frente a competidores que aún no lo han implementado, pero también es parte de una estrategia más amplia que considera el bienestar como una inversión a largo plazo. Las empresas que complementan esta cobertura con programas de prevención de salud, coaching, planes de retiro, beneficios familiares o apoyo educativo logran construir una propuesta de valor sólida y difícil de replicar.
Además, ofrecer beneficios que protejan y desarrollen al colaborador ayuda a las organizaciones a proyectar una imagen positiva ante clientes, inversionistas y futuros talentos. Las empresas que cuidan de su gente fortalecen su reputación, fomentan una cultura organizacional basada en la confianza y aseguran que, más allá de un sueldo, sus colaboradores sientan que están construyendo juntos un futuro seguro y próspero.